Artículos | Estudios Fronterizos, vol. 15, no. 29, 2014, 125-142 |
Remesas, desigualdad y pobreza:
Un caso de estudio en el estado de Oaxaca, México
Remittances, inequality and poverty:
A case study in the state of Oaxaca, Mexico
Marco Antonio Espinosa Trujillo, * María de Jesús Santiago Cruz,** José Alberto García Salazar** y Oliverio Hernández Romero**
* Doctorado en el Programa de Posgrado en Economía del Colegio de Postgraduados. Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
Correo electrónico: marco_trujillo@outlook.com
** Profesoresinvestigadores del Colegio de Posgraduados, Campus Montecillo.
Correos electrónicos: ecomjsc@colpos.mx; jsalazar@colpos.mx; ohr@colpos.mx
Recibido el 8 de noviembre de 2013.
Aprobado el 27 de febrero de 2014.
Resumen
Se analiza el efecto de las remesas sobre la desigualdad y la pobreza por ingresos, en el municipio de Santa Inés Yatzeche, en el Estado de Oaxaca. Para alcanzar el objetivo, en 2011 se realizó una encuesta a 117 jefes de hogar, que representó 54.9% del total de jefes de la comunidad. Con la información derivada de la estructura de ingresos de las familias, se calcularon los coeficientes de Gini y FosterGreerThorbecke (FGT) para el ingreso total. Los resultados indican una baja concentración del ingreso, coherente con el valor encontrado de 0.363 para el coeficiente de Gini. Respecto de la incidencia de pobreza alimentaria, capacidades y patrimonio, se encontraron valores de 63.3, 72.7 y 88.9%, respectivamente.
Palabras clave: migración, hogares, desigualdad por fuentes de ingreso, pobreza por fuentes de ingreso.
Abstract
This article analyzes the remittances effect on the inequality and income poverty, in the municipality of Santa Ines Yatzeche, in the State of Oaxaca. To achieve the objective, in 2011 we conducted a survey of 117 questionnaires covering 54.9% of heads of households in the community. With the information derived from the structure of household income, the Gini and Foster GreerThorbecke (FGT) coefficients were calculated for total income. Results indicate values of 63.3%, 72.7% and 88.9% for the incidence of food poverty, capability and patrimony, respectively.
Keywords: migration, households, inequality by income sources, poverty by income sources.
Introducción
La migración MéxicoEstados Unidos es un fenómeno que ha tenido importantes implicaciones socioeconómicas en las localidades de origen, si bien su dinámica ha sido cambiante en el tiempo. Los flujos migratorios pueden observarse desde finales del siglo XIX, habiendo sido interrumpidos temporalmente durante el periodo de la Gran Depresión de 1929, cuando miles de mexicanos radicados en Estados Unidos fueron deportados a sus lugares de origen en México.
Fue hasta la década de 1940 cuando se recuperó una relativa estabilidad de los flujos migratorios que se dirigían al vecino país del norte, cuando la participación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial provocó una escasez de trabajadores en el mercado laboral, situación que orilló al gobierno estadounidense a firmar un tratado de trabajadores temporales con su homólogo mexicano, conocido como el Programa Bracero, el cual tuvo su vigencia de 1942 a 1964 (Conapo, 2010, p. 11).
De manera paralela al Programa Bracero, inició un flujo indocumentado de migrantes, el cual fue alimentado con el desarrollo de las redes sociales. Estas redes se orientaron a resolver y facilitar tres necesidades básicas: el cruce subrepticio de la frontera, el asentamiento en el lugar de destino y la relación con el mercado de trabajo. A diferencia del bracero, el migrante indocumentado no tenía contrato, pero tenía un mayor margen de maniobra para definir el lugar donde quería ubicarse, el tipo de trabajo que quería realizar y el tiempo de permanencia (Durand, 2000, p. 253).
De esta manera fue como empezaron a fluir las remesas internacionales a México, tanto las originadas por la migración legal como las provenientes de la migración no legal.
Las remesas son, entonces, una manifestación de la migración, y al integrarse a los patrones de ingreso y consumo de las familias rurales, cabe esperar que provoquen modificaciones en la economía a escala local y regional. En este documento se discuten las repercusiones de las remesas en los niveles de desigualdad del ingreso y de pobreza de las familias rurales.
La importancia del estudio de la migración y de las remesas en México
La bibliografía especializada muestra diversos enfoques en el tratamiento de la migración y de las remesas. Yúnez y Mora (2010, p. 136), por ejemplo, resumen como aspectos centrales, para entender la migración, los factores de atracción de los países desarrollados y de expulsión de los subdesarrollados; las redes de migrantes que se van formando en las naciones que importan trabajadores; la influencia del crecimiento económico sobre la demanda de trabajo en los dos grupos de países y en sus regiones; los efectos de corto, mediano y largo plazos de las remesas que reciben los hogares de origen de los emigrantes; los efectos de la migración y de las remesas en las condiciones de vida locales en ambos grupos de países; y las políticas migratorias en las naciones expulsoras y receptoras.
Las remesas son un vínculo fundamental entre el migrante y su familia. Normalmente los emigrantes, sobre todo al inicio del periodo migratorio, no rompen el vínculo con sus lugares de origen y envían con regularidad recursos a sus familiares. Datos del Banco de México (Banxico, 2012) muestran que las remesas en el país han tenido un crecimiento dinámico. Mientras que en el año 2000 ingresaron 6 573 millones de dólares, una década después esta cifra se incrementó en 324.1%. Una lectura de estos datos remite también a crecientes corrientes migratorias, con inclusión no sólo de comunidades rurales sino también urbanas. Para dimensionar la importancia de las remesas, cabe citar que en 2011 éstas fueron 431.4% superiores al presupuesto del Programa de Desarrollo Humano Oportunidades, cuyo monto en ese año alcanzó 65 685 millones de pesos aprobados por la Cámara de Diputados (DOF, 2010).
Registros del Banxico también muestran que en 2011 se realizaron 69.86 millones de operaciones (98.1% de ellas transferencias electrónicas), lo que significó que cada envío de remesas resultara de 326.41 dólares en promedio. Esta cifra no ha tenido cambios sustanciales en los últimos 10 años, ya que ha permanecido en el rango de 346.21 dólares como máximo en 2008 a 315.54 dólares como mínimo en 2010 (Banxico, 2012).
Aun cuando las remesas internacionales llegan a todas las entidades de México, el Estado de Oaxaca se caracteriza por ser una de las principales entidades receptoras a escala nacional. Datos del Banxico (2012) muestran que de los 22 802.97 millones de dólares que ingresaron al país en 2011, el Estado de Oaxaca recibió 6.3%, situando a la entidad en el sexto lugar nacional, después de Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Estado de México y Puebla. Como dato comparativo, en el presupuesto de egresos del Estado de Oaxaca para el año 2011 se asignaron mil millones de pesos para operar los siete principales programas de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (Sedesoh) en el Estado (POGEO, 2010), y considerando que 17 741.53 millones de pesos ingresaron al estado por concepto de remesas, entonces, dicho presupuesto representó sólo 5.6% de las remesas de ese año.
A escala nacional, el Estado de Oaxaca se distingue por sus altos niveles de pobreza. En la medición de la pobreza multidimensional realizada en 2010, cifras de Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval, 2011) muestran que Oaxaca se situó como la tercera entidad con mayor porcentaje de personas en situación de pobreza con respecto del total de su población (67.2%), sólo superado por Chiapas (78.4%) y Guerrero (67.4%).
Considerando sólo el ingreso de los individuos, 36.8% y 68.6% de la población en Oaxaca se ubicó por debajo de la línea de bienestar mínimo y bienestar, respectivamente. Los porcentajes bajo el mismo concepto para Chiapas fueron 50.9% y 80.9%, y en Guerrero de 38.5% y 69.5% (Coneval, 2011). La línea de bienestar refleja el valor monetario de una canasta de alimentos, bienes y servicios básicos para los individuos; la línea de bienestar mínimo muestra únicamente el valor de la canasta alimentaria. Por lo tanto, las líneas indican el porcentaje de personas cuyo ingreso es insuficiente para adquirir dicha canasta.
Remesas, desigualdad y pobreza
En la presente investigación se aborda el tema de las remesas desde la perspectiva de su efecto en la desigualdad y en los niveles de la pobreza en las localidades de origen de los migrantes. Se considera que un incremento de las remesas tendrá efecto directo sobre la pobreza porque es un ingreso adicional para los hogares, si los hogares receptores son pobres. El efecto en la desigualdad del ingreso dependerá de quiénes son los destinatarios de dichas remesas, es decir, del estrato de ingreso en que se ubiquen. Existe literatura especializada que ha abordado este tema, y han destacado los trabajos de Adams (2004) para Guatemala, Mekonnen (2012) para Etiopia y Wouterse (2008) para Burkina Faso.
Adams (2004) analizó el efecto de las remesas internas e internacionales sobre la pobreza en Guatemala, donde encontró que de los hogares que recibieron remesas internas, éstas representaron 13.4%, y de los hogares que recibieron remesas internacionales significaron 20.8% con respecto del ingreso total per cápita del hogar. Los resultados muestran que ambas fuentes reducen la pobreza en Guatemala porque al analizar la estructura de ingresos por deciles, las remesas se concentraban en los hogares de más bajos ingresos. En el primer decil de los hogares con remesas internas, esta fuente significó, en promedio, 50% del total de ingresos, y en los hogares con remesas internacionales, éstas representaron 60 por ciento.
Resultados contrarios a los obtenidos en el caso anterior son presentados por Wouterse (2008) para cuatro comunidades de Burkina Faso. Este autor analizó el efecto de las remesas provenientes de dentro y fuera del continente sobre la desigualdad y pobreza. Los resultados muestran que la migración internacional está asociada a los hogares de más altos ingresos, mientras que la migración dentro del continente se relaciona con hogares con más bajos ingresos. No se observaron efectos significativos sobre la pobreza porque es limitada la participación de las remesas internas e internacionales en el ingreso total de los hogares (5% y 8%, respectivamente). El estudio también muestra que hubo una relación negativa entre remesas originarias dentro del continente y desigualdad, y una relación positiva entre remesas internacionales y desigualdad.
Mekonnen (2012) recabó datos de hogares urbanos de Etiopia; los resultados muestran que las remesas internacionales redujeron la pobreza pero no tuvieron efectos sobre la desigualdad. Taylor et al. (2005, p. 5) sustentan que la migración internacional implica costos y riesgos que sólo los hogares de altos ingresos pueden sostener; de esta manera, estos migrantes "pioneros" mandan remesas a hogares ubicados en la parte media y alta de la distribución de ingresos, incrementado la desigualdad y teniendo efectos mínimos o nulos sobre la pobreza. Con el tiempo, el acceso a la migración internacional se convierte en difusa hacia los hogares de bajos ingresos, de esta manera la pobreza puede llegar a ser cada vez más sensible a los cambios en las remesas.
En el medio rural sursureste de México, región caracterizada tradicionalmente por su baja participación en la migración internacional, Taylor et al. (2005, p. 5) encontraron que las remesas provenientes de Estados Unidos significaron sólo 6.4%. Bajo el escenario de que las remesas incrementen 10%, la desigualdad aumentaría 0.2%. Dicho aumento de las divisas también tendría repercusiones en la incidencia, profundidad y severidad de la pobreza en 0%, 0.11% y 0.11%, respectivamente. Bajo el mismo escenario, el estudio también halló que en la región centrooccidente, considerada con altos niveles de migración internacional (donde las remesas significaron 15.9%), un incremento de 10% en la fuente provocaría que la desigualdad disminuyera 0.2%; y que la incidencia, profundidad y severidad de la pobreza disminuyera 1.68%, 1.65% y 1.64%, respectivamente.
Por su parte, LópezFeldman (2011) analizó el efecto de una disminución de las remesas sobre la pobreza. Este autor agrupó comunidades rurales acordes con su nivel de historia migratoria considerando cierto porcentaje de personas adultas migrantes. La idea es que cuanto mayor sea el porcentaje de adultos con experiencia migratoria, más difundida estará la información en cada región. Esto contribuye a la difusión de la migración y las remesas a través de los niveles de ingresos, es por eso que la región sursureste de México es considerada por el autor con bajo nivel de historia migratoria, y que los efectos de las remesas sobre la pobreza son inferiores en relación con la región de alto nivel de historia migratoria.
La comunidad de estudio
El presente estudio se llevó a cabo en Santa Inés Yatzeche, municipio del Distrito de Zimatlán en la región Valles Centrales, en el Estado de Oaxaca. La comunidad se caracteriza por altos niveles de migración y pobreza. En 2010, de los 921 habitantes en el municipio, 85.2% se encontraba en situación de pobreza (Coneval, 2011). El municipio tiene un grado de intensidad migratoria de muy alto, situándolo en el lugar número 42 y 125 en los contexto estatal y nacional, respectivamente (Conapo, 2010).
Las características de los hogares en la comunidad, producto del Censo de Población y Vivienda, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2010), se resumen en el cuadro 1. A escala municipal, 62.4% de los hogares cuenta con la jefatura masculina, cifra inferior en comparación con lo registrado a nivel estatal (74.3%), lo que implica la importancia que tiene la mujer en el liderazgo del hogar.
Considerando sólo el ingreso monetario, el porcentajes de individuos de Santa Inés que se encuentra por abajo de la línea de bienestar mínimo fue de 54.2%, y como señala el Coneval, esto permite identificar a la población que, aun haciendo uso de todo su ingreso en la compra de alimentos, no puede adquirir lo indispensable para tener una nutrición adecuada. Por otra parte, 85.2% de la población en Santa Inés se encontraba con ingreso inferior a la línea de bienestar, lo que hace posible conocer el porcentaje de la población que no cuenta con los recursos suficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias (Coneval, 2012).
La presente investigación considera las líneas de la pobreza por nivel de ingresos. La pobreza por ingresos consiste en comparar los ingresos de las personas (en este caso hogares) con los valores monetarios de diferentes líneas: alimentaria, capacidades y patrimonio (Coneval, 2012). La pobreza alimentaria refleja la incapacidad para obtener una canasta alimentaria básica, aun haciendo uso de todo el ingreso disponible; la pobreza de capacidades muestra la insuficiencia del ingreso disponible para adquirir una canasta alimentaria y pagar por los servicios de salud y educación, aun dedicando todo su ingreso en estas compras; y la pobreza de patrimonio refleja la insuficiencia del ingreso de adquirir una canasta alimentaria, así como para gastar en servicios de salud, educación, vestido, vivienda y transporte aunque el hogar dedicara todo el ingreso en la adquisición de estos bienes y servicios.
En relación con las líneas de pobreza, existe una disparidad importante entre las líneas utilizadas en la pobreza por ingresos y las líneas utilizadas en la pobreza multidimensional que emplea el Coneval (líneas per cápita promedio mensual en el medio rural). En 2010, la línea de pobreza alimentaria fue de 792.16 pesos; para la pobreza de capacidades de 936.57 pesos, y de 1 437.46 pesos para la pobreza de patrimonio. Las líneas de bienestar y de bienestar mínimo mensual per cápita en ese año fueron de 1 348.62 y de 697.93 pesos, respectivamente (Coneval, 2012). Ésta es una de las razones por la cual los resultados del Coneval para 2010 no se asemejan a los obtenidos en esta investigación, aun cuando se trate de años diferentes.
Metodología
Para determinar el efecto de las remesas sobre la desigualdad en Santa Inés, se calculó el coeficiente de Gini por fuentes de ingreso; también se obtuvo el coeficiente FGT, desarrollado por Foster et al. (1984) para cuantificar el efecto sobre la pobreza, dejando constante los ingresos de todas las demás fuentes de ingreso. Esta metodología permite hacer estas simulaciones y cumplir con los objetivos planteados.
De acuerdo con Lerman y Yitzhaki (1985), el coeficiente de Gini por fuentes se puede presentar de la siguiente manera:
donde G es el coeficiente de Gini del ingreso total; cov(yk F) es la covarianza del ingreso de la fuente k, yk, con la distribución acumulativa del ingreso total, F; cov(yk Fk) es la covarianza del ingreso de la fuente k con la distribución acumulativa del ingreso de la fuente k; m es el promedio del ingreso total y; mk es el promedio el ingreso de la fuente k. Rk es el coeficiente de correlación de Gini entre yk y el ingreso total; Gk es el coeficiente de Gini de la fuente de ingreso k y; Sk es la proporción de ingreso k en el ingreso total.
Debido a que los valores de Rk se ubican en el intervalo [–1,1], Rk será igual a 1 cuando la fuente k sea función creciente del ingreso, si es 1 significa que la importancia de la fuente analizada decrece con el ingreso total. Cuando Rk sea 0, se tiene que yk y el ingreso total son independientes, lo cual indica que las fuentes de ingresos k no contribuye de manera significativa a la determinación del coeficiente de Gini (Medina y Galván, 2008, p. 18).
Si se toman las decisiones de producción y trabajo de los hogares como dados y se considera un cambio exógeno en el componente késimo del ingreso del hogar por un factor π, tal que yk(π) = (1 + π)yk,entonces:
Otra forma de interpretar la expresión anterior es la siguiente, supóngase un cambio marginal en el ingreso debido a que se modificó la participación de la fuente k en una proporción πyk. De esta forma se obtiene la variación en el coeficiente de Gini, donde π representa el porcentaje de cambio en el ingreso de la késima fuente de ingreso.
La ecuación 2 también se puede expresar de la siguiente manera:
Lo anterior indica que el cambio porcentual en el coeficiente de Gini a partir de una modificación en el valor de π en la fuente de ingresos k, es igual a la contribución de esa corriente a la desigualdad menos su participación en el ingreso total (Medina y Galván, 2008, p. 18).
Utilizando la metodología anterior, es posible estimar el efecto que cambios porcentuales en las remesas tienen en la desigualdad del ingreso de los hogares, ceteris paribus, es decir, dejando constantes los ingresos de todas las demás fuentes.
Para determinar el efecto de las remesas sobre la pobreza, se utilizaron los indicadores FGT (incidencia, brecha y severidad). Considerando que q = q(y;z) es el número de hogares en pobreza (ingreso no mayor a z) y n es el número total de hogares, el índice de FGT es:
donde P es la medida de pobreza, y = (yi, y2,..., yn) es un vector de ingreso de los hogares en orden creciente, z > 0 es la línea predeterminada de pobreza, gi= z –yi es el déficit del ingreso del i – ésimo hogar en relación a la línea de pobreza. El parámetro á indica la importancia que se le da al ingreso de los pobres (cuando α = 0, la ecuación se colapsa y muestra la incidencia de la pobreza; si α = 1, se obtiene la brecha de la pobreza y; cuando α = 2, el resultado de la ecuación refleja la severidad de la pobreza).
Basados en Reardon y Taylor (1994), Taylor et al. (2005) y en Mora y López (2010), para descomponer P(y;z) por fuentes de ingreso, y sustituyendo y por la suma de ingresos de cada fuente i se tiene:
El impacto en el nivel de pobreza originado por un cambio porcentual en una fuente de ingresos, e, sobre la pobreza, dP(y;z)/de, está dado por:
donde q – (q+) es el número de hogares que dejan (entran) la pobreza como resultado de un cambio en la fuente.
En la presente investigación se determinaron los efectos de las remesas sobre la incidencia, brecha y severidad de la pobreza alimentaria, de capacidades y de patrimonio.
La incidencia es el porcentaje de hogares con respecto al total de hogares que se encuentran por debajo de la línea de pobreza; la brecha de la pobreza es la distancia promedio que separa a la población de la línea de pobreza, es decir, si la brecha de pobreza fuera de 25%, esto implica que las transferencias necesarias para sacar a cada hogar de la pobreza representa el 25% de la línea de pobreza, en promedio y; la gravedad o severidad de la pobreza asume valores entre 0 y 1, donde 0 muestra que la pobreza no es severa y 1 cuando la pobreza es sumamente severa.
Los escenarios se realizaron usando los comandos descogini, poverty y bootstrap en el programa Data Analysis and Statistical Software (Stata, 2009).
Resultados
La migración se encuentra presente en 61 de 117 hogares encuestados (52.1%). Existen los tres tipos de migración en la población: municipal (0.8%), estatal (2.5%) e internacional (96.6%) con un total de 119 migrantes.
Las principales ciudades de destino de los migrantes internacionales fueron las siguientes: 64.7% se establecieron en la ciudad de Seaside, California; 20% en la ciudad de Monterey, California; y 15.3% en otras ciudades de Estados Unidos. De los 119 migrantes, 73.11% son de género masculino y sólo 26.89% son mujeres. Los migrantes municipales se establecieron en la ciudad de Oaxaca, mientras que los migrantes estatales radican en el Estado de México y el Distrito Federal.
En la figura 1 se muestra la distribución de los migrantes por rango de edad y género. Se observa que el mayor porcentaje de hombres y mujeres migrantes se encuentra en el rango de edad de los 21 a 25 años (32.77%), lo que indica que una parte importante de la población joven con potencial para la producción no se encuentra en la comunidad. Así lo demuestra también el hecho de que, en Santa Inés, en el momento del trabajo de campo sólo 7.08% de la población se encontró en ese rango de edad.
Es importante destacar que sólo 5.9% de los migrantes corresponde al jefe de hogar, el porcentaje restante se trata del algún hijo (72.3%) o hija (21.8%) en el hogar. En promedio, los jóvenes tienen un grado de escolaridad de 6.74 años y migraron a los 21.94 años de edad. Al momento de la encuesta los migrantes tenían en promedio 7.38 años de haberse integrado a la migración.
Las remesas representan 12.9% respecto del ingreso del total de hogares, existe una distribución desigual de las remesas ya que el coeficiente de Gini de la fuente fue de 0.788 y las remesas están correlacionadas hacia los hogares de bajos ingresos (Rk = 0.287), donde el subíndice k son las remesas (cuadro 2).
La relación entre remesas y la desigualdad es inversa. Por cada 10% que se incrementa la fuente, el coeficiente de Gini disminuye 0.49%. El coeficiente del ingreso total fue de 0.363. Los intervalos de confianza también se presentan en el cuadro 2.
En relación con la pobreza alimentaria de los hogares, la incidencia, brecha y severidad se establecieron en 63.3%, 27.3% y 0.148%, respectivamente. Para la pobreza de capacidades estos indicadores fueron de 72.7, 33.6 y 0.193%; y para la pobreza de patrimonio de 88.9, 50.3 y 0.330%; la severidad de la pobreza se encuentran en el rango de 0 a 1. Los datos anteriores sirvieron de base para determinar el efecto que tendría un incremento porcentual de las remesas sobre estos indicadores (cuadro 3).
Un incremento de 10% en las remesas tiene mayor efecto sobre la pobreza de capacidades, disminuyendo los tres indicadores de FGT. La incidencia disminuye a 71.8%, la profundidad a 33% y la severidad a 18.9%. Dicho incremento en la fuente sólo es suficiente para reducir la profundidad y severidad de la pobreza alimentaria y de patrimonio.
Sin la presencia de las remesas en la comunidad, la desigualdad del ingreso se incrementaría, ya que el coeficiente de Gini pasaría de 0.363 a 0.418. La ausencia de remesas en la comunidad también tiene efectos sobre la pobreza (cuadro 4).
Sin las remesas, el mayor efecto se daría sobre la pobreza alimentaria, la incidencia se incrementaría de 63.3% a 69.2%, la profundidad de 27.3% a 36% y la severidad de 0.148% a 0.227%. Sin embargo, también hay efectos sobre la pobreza de capacidades y de patrimonio. La incidencia de la pobreza de capacidades y de patrimonio aumentan a 77.8 y 90.6%, respectivamente.
A diferencia de los resultados obtenidos por Taylor y colaboradores (2005) para la región sursureste de México, en Santa Inés las remesas están presentes en todos los quintiles de hogares (8%, 14%, 22%, 30% y 27% para los quintiles uno al cinco, respectivamente). Los migrantes se encuentran presentes en 61 de un total de 117 hogares encuestados. Una explicación a lo anterior es que las redes de migración en Santa Inés facilitan la migración internacional; esta posible respuesta se sustenta en que 84.7% de los migrantes se localiza en sólo dos ciudades vecinas del Estado de California.
Conclusiones
Santa Inés Yatzeche, en el Estado de Oaxaca, es considerado por el Conapo como un municipio con intensidad migratoria muy alta. Datos del Coneval reportan que 85% de la población (921 habitantes en total) se encontraba en situación de pobreza. Con el objetivo de conocer las principales fuentes de ingreso en los hogares y medir el efecto de las remesas sobre la desigualdad y pobreza en la comunidad, se levantó una encuesta de 117 cuestionarios a 54.9% del total de los jefes de hogares. Para medir el efecto de la fuente de ingreso sobre la desigualdad y pobreza, se calculó el coeficiente de Gini y los indicadores de Foster, Greer y Thorbecke. Se encontró que un aumento de 10% en las remesas reduce el coeficiente de Gini 0.49%, estimado en 0.363%. Dicho incremento porcentual en la fuente no tuvo efectos sobre la incidencia de la pobreza alimentaria ni en la pobreza de patrimonio que habían sido estimadas en 63.2% y 88.9%, respectivamente. El incremento en las remesas redujo la incidencia de la pobreza de capacidades de 72.7 a 71.8 por ciento.
Si las remesas no existieran en el ingreso de los hogares, el coeficiente de Gini se incrementaría de 0.363% a 0.419% y la incidencia de la pobreza alimentaria aumentaría de 63.3 a 69.2%, la pobreza de capacidades de 72.7 a 77.7% y la pobreza de patrimonio de 88.9 a 90.6%. Al incrementarse las remesas, la desigualdad y pobreza disminuyen; al no existir esta fuente de ingreso en los hogares, la desigualdad se incrementaría al igual que la pobreza. Una política pública que busque la erradicación de la pobreza basada en las remesas, especialmente las internacionales, pudiera mostrar su vulnerabilidad ante problemas externos. Los problemas económicos de Estados Unidos se han reflejando en una disminución de oportunidades de empleo para los migrantes, afectando negativamente en el envío de remesas a México, y por lo tanto, puede tener efectos sobre la pobreza y la desigualdad, incrementándola aún más. Ante tales escenarios, la política pública debe buscar una mirada integral que incluya un crecimiento económico sólido, con generación de empleos e ingresos para la población rural.
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